ESCALERA AL CIELO: ENSEÑANZAS PARA LOS CORAZONES MÁS PEQUEÑOS DE LA CASA

“Mamá, ¿puedo ir al cielo en avión?” Esa pregunta inocente de mi hijo de cuatro años me hizo reír pero también reflexionar sobre cómo explicar conceptos espirituales complejos a los más pequeños de la casa. Como él está fascinado con los aviones, se imagina que todo lugar lejano se alcanza volando. Con paciencia, le respondí: “No, cariño. Para llegar al cielo hay que subir una escalera muy larga. Cada oración, buena acción o mandamiento cumplido es un peldaño y cuando hacemos algo malo, bajamos un escalón.”

Esta idea no es nada original se inspiró en la Escalera del Divino Ascenso de San Juan Clímaco, un libro que describe una escalera con treinta peldaños que representan los treinta grados o etapas de virtud que conducen a la perfección cristiana. Adapté esta metáfora para que mi hijo comprendiera el cielo, el infierno y el purgatorio de manera sencilla.

La Iglesia nos enseña que, al morir, cada alma pasa por un juicio particular. Dios evalúa nuestra vida según cómo hayamos vivido en relación con Él. Según ese juicio, el alma va al cielo, al purgatorio o al infierno.

El Cielo: Vivir Para Siempre Con Dios

El cielo es el destino de quienes mueren en amistad con Dios, completamente purificados. Es la felicidad eterna junto a Cristo, la Virgen María y los santos, donde vemos a Dios “cara a cara”.

Para un niño pequeño, el cielo puede explicarse como “la casa de Dios”, un lugar lleno de luz y amor donde todos son felices en todo momento. En la analogía de la escalera, le decía: “Cada vez que rezas, obedeces y tratas bien a tus hermanos, subes un peldaño y te acercas más al cielo.”

El Infierno: Separación Eterna

El infierno no es un castigo impuesto por Dios, sino la consecuencia de rechazarlo libremente durante la vida. La Iglesia lo describe como una separación definitiva de Su amor, donde no hay esperanza ni consuelo.

Para explicarlo sin asustarlo mucho, usé un ejemplo cotidiano: “Es como estar castigado eternamente en una cárcel oscura donde no se ve a Dios, no hay alegría y nunca se puede jugar o salir.” Cuando mi hijo hace algo malo, le recuerdo: “Si seguimos desobedeciendo, nos alejamos de Dios y caemos hacia abajo.”

El Purgatorio: Purificación Temporal

El purgatorio es un proceso de purificación para quienes mueren en gracia pero aún tienen pequeñas “manchas” que impiden entrar directamente al cielo.

Se lo expliqué con un ejemplo sencillo: “Imagina que un día quieres jugar afuera y yo te pido no ensuciarte. Tú sales a jugar y te ensucias, y luego yo te pido limpiarte antes de entrar a la casa. Las almas en el purgatorio son como tu cuando estas lleno de sucio, ellas no pueden entrar al cielo sin limpiarse primero. Y tus oraciones pueden ayudarla a entrar a la casa de Dios más rápido” Así, mi hijo entendió que podía rezar por los difuntos para “que entraran a la casa de Dios mas rapido”.

La escalera también se convirtió en una herramienta visual para enseñarle sobre las tentaciones y las virtudes. Tu ángel de la guarda te “empuja hacia arriba” cuando haces el bien, mientras que los ángeles malos te susurran al oído para que tomes malas decisiones y te caigas de la escalera.

Abordar estos temas con niños que aún están fuera de la edad de la razón puede ser un reto. Yo estoy usando la analogía de la escalera pero tu puedes escoger cualquier otra. Estas explicaciones, basadas en imágenes cotidianas, ayudan a los niños más pequeños de nuestras casas a entender realidades espirituales sin confusión ni miedo. Lo esencial es transmitir que el amor de Dios nos guía, y que cada elección nos acerca o aleja de Él. La escalera al cielo se construye, peldaño a peldaño, con amor, oración y buenas acciones.

MORE BY THIS AUTHOR

SPIRITUALITY & DEVOTION