Existe un refrán célebre que dice: “… en este mundo, lo único seguro es la muerte y los impuestos”. Esta frase se le atribuye a Benjamín Franklin, el icónico personaje cuyo rostro se encuentra en el codiciado billete de cien dólares.
Aunque no podemos predecir el momento ni la forma en que nos enfrentaremos a la muerte, Benjamin Franklin estaba en lo cierto: todos, sin excepción, llegaremos a la tumba.
Habrá un instante en el que seremos convocados ante Dios, quien evaluará cada uno de nuestros pensamientos, las palabras que pronunciamos y las acciones que llevamos a cabo. En ese momento, seremos responsables de cada herida infligida y de cada lágrima que haya sido derramada a causa de nuestras decisiones. Seremos juzgados y enviados al Cielo, al Purgatorio o al Infierno.
¿CÓMO ES EL CIELO?
En una de sus epístolas, San Pablo menciona el cielo de manera reveladora:
“Ni ojo vio, ni oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman”. 1Co 2:9 Biblia Católica Latinoamericana. Con esto, el apóstol sugiere que la felicidad en el cielo supera todo lo que podemos conocer en esta vida.
Desde siempre, Dios ha sido amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, creando al ser humano por amor, invitándonos a compartir su divinidad. En el cielo no habrá sufrimiento y disfrutaremos viendo cara a cara a Dios, la Virgen María, los ángeles y quienes alcanzaron la santidad.
¿QUIÉNES VAN AL CIELO?
La Biblia nos enseña que los justos recibirán la vida eterna en el Reino de los Cielos. Aquellos creyentes que han permanecido leales a Dios y han cumplido con sus mandamientos serán los que, al momento de su muerte, alcancen la gloria celestial, siempre que estén libres de todo pecado.
¿CÓMO ES EL PURGATORIO?
Santa Catalina de Génova describió al purgatorio como un sitio en donde se sentía dolor comparado al del infierno, destacando que las almas en el purgatorio experimentaban a su vez alegría. Afirmó que la paz en el purgatorio es única y sólo superada por la de los santos en el cielo. El sufrimiento en el purgatorio es transitorio y busca la salvación. A medida que el alma ama más a Dios, sufre más por Su ausencia, lo que intensifica su alegría y amor al acercarse a Él.
¿QUIÉNES VAN AL PURGATORIO?
Las personas que fallecen en la gracia y amistad de Dios, pero no están completamente purificadas. En el purgatorio, ellos se someten a purificación tras su muerte para alcanzar la santidad requerida y así poder disfrutar de la felicidad celestial.
¿CÓMO ES EL INFIERNO?
Jesús solía hablar del “fuego inextinguible” o “eterno” para aquellos que al final de sus vidas se niegan a creer y a convertirse.
El mayor tormento del infierno, es la privación eterna de la visión de Dios.
¿QUIÉNES VAN AL INFIERNO?
El infierno se concibe como un lugar de castigo, creado originalmente para los ángeles que se rebelaron junto a Satanás.
La desobediencia de Adán permitió la entrada del pecado al mundo, trayendo consigo la muerte tanto física como espiritual. Sin embargo, Dios ofreció una solución a través de Cristo, quien se convirtió en un sacrificio sustitutorio para que la humanidad no sufriera eternamente las consecuencias del pecado. Aquellos que aceptan este sacrificio son liberados de compartir el destino de Satanás y sus demonios. En cambio, las almas que mueren en pecado mortal sin arrepentimiento y que rechazan el amor misericordioso de Dios a través de la confesión, se dirigen al infierno.
Es importante vivir una vida de rectitud y amor para aspirar al Cielo después de la muerte y evitar el sufrimiento en el Infierno.
¡ASEGÚRATE DE ESTAR PREPARADOPARA TU DESTINO FINAL!